RUTAS
AGENCIA DE CAMBIO
¿Cuál es mi papel en la transformación que el mundo necesita?
La agencia de cambio es el motor interno que nos impulsa a actuar para transformar el mundo a nuestro alrededor. Este proceso de transformación personal nos conecta con nuestra esencia, con las necesidades urgentes del mundo, y con la convicción de que podemos influir nuestro entorno. Ser agentes de cambio implica asumir un papel activo, tomando decisiones y coliderando acciones hacia la creación de sociedades más justas y hermosas. Este proceso no es solitario, sino que florece en comunidad, donde se potencia al unir sueños y retos colectivos. Lo cual nos lleva a construir una agencia colectiva para dar vida a una transformación comunitaria.
En el contexto educativo, la agencia de cambio puede verse cuando aprendices, educadores y comunidades son protagonistas activos en el proceso de aprendizaje y llevan a cabo iniciativas que promuevan el bienestar social, la justicia y el desarrollo integral en sus entornos educativos y más allá de ellos.
¿Qué necesidades y potenciales de transformación están vivas en mi territorio?
EMPATIZAR
¿Qué nos incita a conectar con lo que está pasando en el mundo para movernos a la acción?
El cambio comienza al conectarnos empáticamente con el mundo que nos rodea. La empatía no solo es sentir lo que otros sienten, sino también comprender las causas profundas de los problemas sociales y ambientales. Esta conexión afectiva, cognitiva y crítica nos permite salir de nuestra zona de confort, abrazar la diversidad y enfrentar los conflictos de manera constructiva. Es un llamado a mirar más allá de los síntomas superficiales y a abordar las raíces de los problemas.
La empatía con una visión crítica ayuda a reconocer nuestros propios sesgos y privilegios, creando acciones más conscientes y responsables.
COOPERAR
¿A quiénes necesitamos tener a nuestro lado para transformar y aprender mano a mano?
La cooperación es clave para aprender y transformar de manera conjunta. Implica que jóvenes, educadores y otros agentes comunitarios trabajen mano a mano para mejorar el territorio que comparten. Este enfoque coloca a la comunidad en el centro del proceso educativo, promoviendo la interdependencia positiva a través de la creación de objetivos compartidos. Una educación orientada a la acción transformadora que vincula los objetivos de aprendizaje con las necesidades y aspiraciones de la comunidad.
Cooperar no solo transforma el aprendizaje individual, sino que convierte a las escuelas y organizaciones educativas en motores de cambio y bienestar del territorio, desarrollando liderazgos colaborativos y creando vínculos duraderos basados en la confianza y el apoyo mutuo. Un enfoque que promueve la participación y protagonismo del niño, niña o joven como ciudadano activo.
IMAGINAR
¿Qué otras realidades más justas y bellas somos capaces de cocrear?
En un mundo dominado por distopías y soluciones rápidas, la Educación Transformadora nos invita a expandir nuestros imaginarios más allá de lo que consideramos normal. Abrir la mirada implica cuestionar las lógicas e imaginarios que son la base de los sistemas que generaron nuestros problemas, atreviéndose a visionar sociedades y futuros alternativos.
Por eso necesitamos procesos educativos que, desde la diversidad, inviten a nuestros grupos a escuchar, crear y contar historias transformadoras que nos muevan hacia nuevas realidades y a generar comunidad alrededor de la hoguera. Tras soñar con esas sociedades construidas sobre otros paradigmas, podemos estimular nuestra creatividad como un proceso del que emergen ideas originales para traer al presente y hacer realidad esos sueños compartidos. El arte y el diseño juegan un papel fundamental en este proceso.
TRANSFORMAR
¿Qué nos incita a conectar con lo que está pasando en el mundo para movernos a la acción?
El camino hacia la transformación social suele comenzar en la infancia. Por eso, nuestro papel como educadores es generar procesos donde nuestros grupos aprendan transformando y transformen aprendiendo, en una pedagogía orientada a la acción y a la incidencia, a través de la que se genera impacto real basado en las necesidades comunitarias.
La Educación Transformadora implica un proceso continuo de acción y reflexión. Quienes aprenden son protagonistas activos de su aprendizaje, pero también de la transformación de su entorno. Es crucial que nuestros grupos de jóvenes experimenten en acción lo que significa llevar a cabo el cambio que han diseñado. Debemos pasar de concienciar a desarrollar competencias transformadoras.
Ante esta mirada podemos diseñar estructuras de participación, autogestión y emancipación donde este aprendizaje suceda. Un camino que transforma a nuestros grupos de meros espectadores a verdaderos protagonistas de su aprendizaje y de la transformación social. Es en la acción cuando nos identificamos como agentes de cambio y percibimos nuestro impacto, conectando con nuestro propósito transformador en un mundo en constante cambio.
CAMBIO SISTÉMICO
¿Cómo transformar la raíz de nuestros problemas para construir desde nuevos paradigmas?
El cambio sistémico nos habla de transformaciones que requieren una mirada profunda hacia estructuras y paradigmas subyacentes, y una mirada amplia hacia las interconexiones del sistema. La mirada profunda nos recuerda que ver un problema significa ver solo la punta de un iceberg. Debajo de la superficie se encuentran las estructuras, los paradigmas y mentalidades que sostienen ese problema. Transformar con mirada sistémica profunda significa incidir en ellos.
La mirada amplia nos ofrece el marco de las 5R para comprender la amplitud de un sistema y sus conexiones: Recursos, Reglas, Roles, Relaciones y Resultados. Un enfoque holístico que nos proporciona una herramienta valiosa para analizar y transformar de manera integral.
CAMBIO INSTITUCIONAL
¿Qué estructuras necesitamos construir en nuestra organización para sostener una cultura transformadora?
El cambio institucional conlleva una transformación profunda y sostenible en las instituciones educativas. La cocreación de una cultura organizacional con identidad de Educación Transformadora. Esta cultura se ve reflejada en estructuras y rutinas concretas que hacen realidad esa identidad en el día a día.
Probablemente, la manera más profunda de llevar a cabo este cambio institucional y conectarlo con el cambio sistémico es la construcción de una política prefigurativa: encarnar en el presente, en nuestra organización, los modelos alternativos que imaginamos para el futuro, modelos de sociedad que visionamos y creamos en y con nuestra comunidad, generando un hilo fino de coherencia entre los medios y los fines. Un ejemplo de esto es la pedagogía de los cuidados que emerge como un enfoque clave, poniendo el bienestar y las relaciones en el centro del proceso educativo y de la comunidad.
Te invitamos a un desafío que nos impulsa a explorar, cuestionar y actuar para desarrollar nuestra agencia de cambio como educadores y la agencia de cambio de las personas a las que acompañamos.