Historia de Emmanuel Hernández

Un río lleno de oportunidades y no de llantas.
Emmanuel Hernández

En el corazón de Concepción Caro, una pequeña localidad en Jocotitlán en el Estado de México, se encuentra el río Lerma, un cauce que alguna vez fue el orgullo de la comunidad. Hasta hace poco, sus aguas estaban llenas de desechos, y las orillas, cubiertas de llantas acumuladas como basura por años, símbolos de una contaminación que parecía imparable. Emmanuel y su equipo, estudiantes del Telebachillerato Comunitario Núm. 126, han observado esta realidad desde que eran niños. Es así que decidieron atacar el problema.

Emmanuel pensó que esas llantas, que muchos consideraban basura, podían tener un nuevo propósito. “Siempre me pregunté por qué nadie hacía nada con ellas. Estaban ahí, llenando de basura el río y los campos, pero sabía que podían ser útiles”, comenta Emmanuel. Así nació su proyecto: recolectar esas llantas y convertirlas en bancas y otros elementos de mobiliario urbano.

La idea era transformar lo que antes era un signo de contaminación en algo útil. Emmanuel compartió su idea con sus docentes y colegas. Así, comenzaron a trabajar en la recolección y el reciclaje de las llantas. La comunidad se sumó al proyecto, donando las llantas que ya no utilizaban, y pronto, el equipo de Emmanuel se las ingenió para usar cada recurso en la producción de bancas coloridas y funcionales. Cualquier visitante puede usarlas, ya que han sido colocadas en espacios públicos de la localidad.

Tres jovenes cortando llantas
 
¿Son las bancas duraderas y, a la vez, cómodas? “La parte del medio de la llanta es más blanda, perfecta para los asientos, mientras que los costados, más duros, sirven como base”, explica Emmanuel con gran ingenio.

Uno de los principales desafíos fue la falta de recursos económicos. Emmanuel, junto con su equipo, comenzó a vender gelatinas artesanales en la comunidad para recaudar fondos. Con el dinero obtenido, compraron los materiales necesarios y continuaron adelante con el proyecto.

“Tuvimos que ser creativos no solo con las llantas, sino también con la manera de obtener lo que necesitábamos”, recuerda Emmanuel.

El impacto del proyecto de Emmanuel se extendió rápidamente por Concepción Caro. 

Grupo de jóvenes pintando muebles creados a partir de llantas.
 
“Lo que antes era basura, ahora tiene un valor. La gente ha comenzado a ver que incluso las cosas que parecen inútiles pueden ser transformadas en algo bueno”, dice con orgullo.

Este proyecto ha dado paso a un cambio de mentalidad, inspirando a otras personas en la comunidad a buscar formas de reciclar y reutilizar. Algunas personas comenzaron a hacer macetas y otros objetos útiles a partir de materiales que antes simplemente tiraban.

Motivado por su éxito, Emmanuel ha decidido continuar su camino en el ámbito de la sostenibilidad, y ahora estudia ingeniería en energías renovables. Su objetivo es seguir desarrollando soluciones innovadoras para proteger el medio ambiente y mejorar la vida de las personas. Para él, “ser un agente de cambio es tener la valentía de hacer algo diferente, de pensar en el futuro y de liderar considerando las virtudes de otros”, y así quiere continuar su vida.