Historia de Dayna Barrón

Construyendo y comunicando la paz.
Dayna Barrón

La violencia escolar es una sombra constante que aún acecha en los pasillos. Para muchas personas en el Telebachillerato Comunitario Núm. 469, en Tlalnepantla de Baz, Estado de México, era simplemente parte del día a día, algo que se aceptaba con resignación. Pero para Dayna, todo cambió el día en que fue testigo de una pelea entre compañeras, justo a unas cuadras de la institución. Esa escena, tan común como desgarradora, despertó en ella una profunda incomodidad. Dayna se dio cuenta de que la violencia no solo afectaba a quienes peleaban; era un reflejo de un problema mayor que nos involucra a todas y todos.

Al reflexionar sobre lo ocurrido, Dayna, a sus 16 años, entendió que quedarse al margen no era una opción. Sabía que, aunque el problema era complejo, debía hacer algo para enfrentarlo. Así nació "Voces Juveniles", una iniciativa que no solo busca hablar sobre la violencia, sino también desafiarla y transformarla. Con el apoyo de más colegas en su telebachillerato, Dayna y su equipo comenzaron a crear contenido para redes sociales, utilizando plataformas de video y audio en línea para compartir podcasts, cortometrajes y reflexiones que dieran voz a quienes muchas veces no son escuchadas: las juventudes.

Dayna tomando un video de su salón de clases

"Voces Juveniles" es realizado por Dayna, Madeline, Estefanía y Nahomi, quienes se convirtieron en sus aliadas en esta misión. Juntas, enfrentaron la falta de recursos, utilizando sus propios celulares para grabar y editar el contenido. También contaron con el respaldo de sus profesores y autoridades escolares, quienes les brindaron oportunidades para expandir su mensaje a otras escuelas y comunidades.

Los resultados fueron profundos. En su escuela, el ambiente cambió radicalmente. Lo que antes se resolvía con puños e insultos, ahora se trataba con diálogo y entendimiento. Los jóvenes comenzaron a ver en "Voces Juveniles" una herramienta real para cambiar su entorno. La iniciativa también cruzó las fronteras de su institución, llegando a otros planteles donde la violencia era una constante, fomentando la colaboración entre estudiantes.

Grupo de niñas sentadas en un stand en un parque

Dayna y su equipo enfrentaron momentos de frustración y agotamiento, desde la presión de mantener su rendimiento académico mientras impulsaban el proyecto, hasta problemas técnicos que casi las hicieron detenerse. Aun así, continuaron, y hoy, han producido actividades con estudiantes, profesores y una Ashoka Fellow defensora de espacios de no violencia y seguridad, Kenya Cuevas.

Para Dayna, ser un agente de cambio es una responsabilidad y un honor. "Voces Juveniles" es la prueba de que, cuando los jóvenes se organizan y actúan, pueden desafiar las normas establecidas y crear nuevas realidades. En un mundo donde la violencia a menudo se acepta como inevitable, Dayna y su equipo nos muestran que el silencio puede romperse, y que las voces jóvenes tienen el poder de transformar el presente y futuro.

Grupo de estudiantes y maestras pintando un mural