Sofía Villa, cantante de boleros y movida por el deseo de incrementar las posibilidades de acceso a la educación musical en su comunidad, ha creado un oasis de aprendizaje y bienestar emocional para más niñas, niños y jóvenes. Su proyecto, TransformArte, nació de la necesidad de proporcionar un espacio donde cientos de personas pudieran explorar y desarrollar sus habilidades musicales sin la necesidad de emigrar a otros municipios.
Sofía notó que, al igual que ella, otros jóvenes en su comunidad enfrentaban barreras significativas para acceder a la educación musical. La ausencia de escuelas de música locales la llevaba a viajar constantemente en busca de oportunidades para cultivar su pasión. Esta dificultad no solo era un desafío personal, sino un obstáculo común que impedía a muchos jóvenes explorar su potencial artístico. Motivada por esta realidad, Sofía se propuso cambiar la situación.
Para hacer realidad su visión, Sofía forjó alianzas estratégicas con instituciones y organizaciones que podrían apoyar su misión. Logró obtener becas con la Escuela Superior de Música y Danza y colaboró con el gobierno para la donación de instrumentos. Además, estableció conexiones con la Fundación Azteca y la Universidad de Monterrey (UDEM), donde estudiantes avanzados de música se convirtieron en profesores voluntarios para su programa.
A lo largo del primer año, TransformArte experimentó con diferentes metodologías, ajustando y afinando sus técnicas de enseñanza basadas en la respuesta y el desarrollo de los niños. Sofía también introdujo sesiones para padres sobre bienestar emocional, asegurándose de que los valores enseñados en los talleres fueran reforzados en casa, creando un ambiente coherente y propicio para el aprendizaje y el crecimiento.
Uno de los mayores desafíos fue encontrar la manera adecuada de integrar y medir el impacto de las sesiones de bienestar emocional en los niños. La falta de métodos establecidos para abordar estos temas de forma dinámica y evaluar el aprendizaje emocional requería de una innovación constante y adaptaciones creativas, un proceso que Sofía manejó con paciencia y dedicación.
A través de TransformArte, ha demostrado que la música no solo es una forma de expresión artística, sino también una herramienta poderosa para el desarrollo personal y comunitario.
En el futuro, Sofía espera que TransformArte se convierta en un modelo para otros programas similares, expandiendo su alcance y mostrando cómo la creatividad y la educación pueden ir de la mano para forjar sociedades más justas y empáticas. Con cada nota musical y cada pincelada de color, Sofía y su equipo están escribiendo una nueva partitura para el cambio social.
Historias escrita por Ángela Silva, Joven Agente de Cambio de UCA.