Talentos, bondades, valores, luchas y propósitos… cada persona los tiene. El esfuerzo que motiva la historia de cambio de Marti es la educación. Nacida en Zongozotla, Puebla, lugar de identidad totonaca, donde los valores del trabajo y superación están presentes en toda la comunidad, María Martina Cano Domingo (prefiere que le digan Marti) sintió, desde muy joven, la necesidad de hacer la diferencia.
Empezó trabajando como voluntaria en un centro de rehabilitación, donde desarrolló el interés por la fisioterapia. De forma paralela, se mantenía activa en el desarrollo de proyectos. Buscó generar impacto en las comunidades por medio del emprendimiento colaborativo, teniendo muy presente un objetivo concreto: lograr el ingreso a la universidad. Si bien, para algunos puede ser un objetivo fácil, con la falta de información sobre oportunidades académicas, añadido a la carencia de apoyo familiar, fue una tarea complicada.
La familia es un eje fundamental en el desarrollo de las personas. Para Marti, esto era de gran importancia, ya que existen tradiciones arraigadas de generaciones pasadas dentro de las familias, como el machismo. Esto representaba el doble de dificultad. Donde algunos observan obstáculos, Marti encontró un impulso para poder demostrar que una mujer no solo puede salir adelante, sino que puede trascender con sus acciones.
Con ayuda de su maestro, Marti, durante los últimos semestres de preparatoria, se embarcó en la misión de asegurar un lugar en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP). A la par, hizo frente al divorcio de sus padres, al rechazo constante por sus ideales de superación siendo mujer indígena y situaciones muy sensibles dentro del espectro familiar, pero no se rindió. No solo consiguió ser aceptada dentro de UPAEP; también obtuvo la beca “Una Apuesta de Futuro”, con la cual los estudiantes, además de sostener una excelencia académica, aprenden a convivir juntos y a crear un espacio dedicado a desarrollar proyectos sociales.
El acompañamiento que le proporcionó la universidad fue de gran valor. Impulsó alianzas para crear y desarrollar “Fix Education by Por Uno Más”, una iniciativa dedicada a asegurar una educación de calidad a través de dos programas: Fix leaders y Fix Juniors. Fix Leader selecciona e impulsa aquellos estudiantes de preparatoria que tienen actitud de liderazgo por medio de un programa de verano, todo con la finalidad de darles acompañamiento e información necesaria para puedan llegar a la universidad y, posteriormente, fungir como mentores académicos de más jóvenes que deseen cumplir su sueño, tal como lo consiguió Marti.
Fix Juniors complementa esta iniciativa de desarrollo académico desde la educación primaria. Para cumplir con su finalidad de proporcionar mentoría a estudiantes de educación básica, Marti ha facilitado el aprendizaje intergeneracional por medio de acciones de voluntariado realizadas con los Fix Leaders. Estas mentorías responden a necesidades educativas detectadas mediante diagnósticos comunitarios, como lo es el rezago académico. Así, la combinación de ambos grupos dentro del proyecto genera un círculo virtuoso de colaboración.
Marti sigue extendiendo la visión para compartir las oportunidades educativas. Ahora, busca dejar un legado que marcará el proyecto Por Uno Más. Además de generar beneficios académicos, también apoya a familias que se ven orilladas a sacar a sus hijos de la escuela por distintas circunstancias -tal vez, un ciclo escolar complejo, la necesidad de generar ingresos mediante el trabajo o simplemente por razón del género u origen de las y los estudiantes. El equipo que Marti lidera para realizar “Fix Education by Por Uno Más” está comprometido con generar oportunidades para estos jóvenes de demostrar a sus padres de que sin importar su origen, sexo o situación económica son capaces de terminar sus estudios y un día llegar a hacer realidad aquel sueño que tanto anhelan.
En palabras de Marti,