Cecilia se apasionó por el tema y continuó investigando, conociendo historias y mujeres con el mismo interés de ella, pero aún, sin dar un paso más allá. Hasta que encontró el término “sororidad”, solidaridad entre mujeres, y su lucha encontró todo el sentido pues halló su causa. Se empeñó en la unión de género y en ayudar a mujeres familiares, amigas, conocidas y de la sociedad que estaban siendo vulneradas.
En conjunto con una amiga bióloga, Cecilia creó “Mujeres libres, mujeres sanas” un proyectó que invita a las mujeres a pasar por todo el proceso de reconocimiento, justo como ella lo vivió, que posibilita la dignificación de las mujeres. A través de este emprendimiento social, Cecilia impacta la vida de las mujeres mexicanas por medio de talleres y charlas sobre el herbolaria, amor propio y menstruación digna, con la intención de romper paradigmas y hacer un llamado a la unión femenina.