Un recorrido por la mente de un emprendedor social

"Todo lo que necesitas es el plan, la hoja de ruta y el valor para seguir adelante hacia tu destino". 

Earl Nightingale

Un recorrido por la mente de un emprendedor social

por Laura Benbenaste

¿Cómo funciona la cabeza de un emprendedor social? Me gusta pensar que son quienes mejor entienden las sociedades desde una perspectiva de posibilidad. Miran lo mismo que todos pero ven distinto, ven la oportunidad, lo mejor.

Peter Bloom mira y cuando lo hace, entiende y transforma el mundo: El es fundador de Juntos, la primera organización en Filadelfia dedicada a organizar y defender los derechos humanos de los y las migrantes latinos. Desde 2009 a través de Rhizomatica, vincula comunidades mexicanas alejadas de las urbes,  organizando y llevando servicios de telecomunicaciones a bajo costo a lugares que no son mercados interesantes para las empresas o porque las personas que viven allí no pueden pagar el costo del servicio.  

Esta red, que ya funciona en más de 20 comunidades , brinda capacitación para que cada comunidad se autogestione y genere una estructura de telecomunicaciones acorde al marco regulatorio. Después de varios años analizando los desafíos de montar redes con comunidades, Rhizomatica identificó la necesidad de fortalecer las capacidades de las mismas comunidades para encargarse de su destino tecnológico y han emprendido varios espacios de capacitación para formar promotores técnicos indígenas especialistas en telecomunicaciones tanto en América Latina como alrededor del mundo. 
 

“Los funcionarios temen decir que sí y dar acceso a esas comunidades a las redes porque tienen miedo de que las empresas les reclamen, porque tienen concesionados los territorios”, dice y sabe de lo que habla. Después de casi 23 años de trabajo sostenido, Peter y su equipo interactúa con los organismos internacionales que rigen los acuerdos marcos,  gestiona y crea consensos para llevar estas “excepciones”, permitiendo que se abran caminos de oportunidades a medida en cada país. 

Le pregunto por el modelo de negocio. “El desafío no es arrancarlo sino sostenerlo, el desafío es cómo hacer para que perdure en el tiempo, dado que esta nueva organización territorial supone una organización y reestructuración comunitaria sólida y nueva”. 

 

El derecho a decir que no

Nunca había pensado en la posibilidad de que alguien negara su derecho al acceso a Internet. Por definición, internet es una red. Y como tal, lo atrapa todo. Lo que queremos pero también lo que no queremos, lo bueno y la basura.

La esperanza inicial de que la arquitectura descentralizada de Internet diera como resultado una gobernanza y una equidad igualmente descentralizadas es claramente una utopía. La realidad hoy es que unas pocas empresas poseen tanto la capa superior (es decir, contenidos, aplicaciones), como la inferior (es decir, la infraestructura física). Lo que resulta en una centralización de poder y control sin precedentes. También es cierto que los gobiernos de todo el mundo utilizan convenientemente redes de comunicaciones digitales para monitorear (legal e ilegalmente) las actividades de la gente común. 

Si bien la conectividad ha sido inmensamente importante para quienes han podido cosechar sus frutos, la realidad es que el acceso al mundo digital está fuera del alcance de una parte considerable de la población del planeta. A esta urgencia se suma el reconocimiento necesario de la innegable y emergente paradoja: la conectividad a Internet también facilita la violación de los derechos humanos fundamentales y socava la autodeterminación cultural.

En este sentido, surgen interrogantes cómo ¿Qué implica llevar internet a poblaciones alejadas de las urbes insertas en la selva, en el monte? 

Peter entonces llevó su innovación un paso más allá: con su equipo en Rhizomatica, crearon HERMES, un dispositivo de radio de onda corta digital que permite que las comunidades donde la conectividad no llega, puedan enviarse mensajes de texto, audio e imagen de manera gratuita sin la presencia de un proveedor de Internet.

Peter mira a lo lejos y sigue: “las comunidades no tienen inmunidad colectiva frente a la información que llega por internet. Seguirán defendiendo el bosque como antes de recibir toda esa información, serán cooptados con nuevos intereses, mensajes?”. 

Lo cual conduce, indefectiblemente a preguntarse ¿Qué derecho es más valioso, el del acceso o el del intervencionismo? ¿Cuál se vulnera más? ¿Cuál es el costo de hacerlo posible? 

Es la primera vez que lo veo en persona pero intuyo su búsqueda.

 Su compromiso con una causa que es la misma pero cambia, lo acompaña desde hace demasiado tiempo y sin embargo, lo que lo hace excepcional no solo es el trabajo sostenido y las ganas de hacer del mundo, un lugar para todas las personas. Lo que lo hace excepcional es su capacidad para bajarse de su comodidad de saber cómo y qué hacer y volver a pensarlo. 

Aguantar la ansiedad de reaccionar, la comodidad de seguir, la torpeza de dar por sentado que no hay soluciones posibles.

Desde hace unos meses, todos los jueves fabrica biodiesel con aceite vegetal de reuso en unos tanques construidos por él mismo junto con un coequiper biólogo. “Necesitaba volver a saber que quería hacer, que es lo que el mundo necesita o en qué somos buenos”.

En las comunidades menos pobladas y más distantes de las ciudades no se encuentra tanto aceite para reutilizar, entonces se le ocurrió pensar que pasaría si se activaran plantaciones en campos contaminados por la presencia de metales pesados producto de la explotación minera. Así empezó su nueva etapa de experimentación con oleaginosas. 

“La lucha contra las mineras es prioritaria pero mientras la lucha continua, las personas podemos hacer algo productivo. Estos cultivos restablecen y curan las tierras al tiempo que ofrecen materia prima para generar bio-economías circulares”. 

Peter Bloom mira, entiende y rediseña un conflicto profundo, imposible a los ojos de los que no ven con ojos de bondad, innovación y experiencia. Sabe que quiere y cómo lo quiere y conserva fundamentalmente su derecho a buscar y reinventar sus formas. 

Cara de