Una apuesta por una educación intercultural

Desde pequeña jugaba a dos cosas: a ser doctora y a ser maestra. De su familia aprendió que es una obligación humana ayudar a quienes no tuvieron las mismas oportunidades de vida y fue su padre quien la impulsó a soñar en alto y a nunca perder de vista que es posible generar cambios positivos a su alrededor.

La profesora Dora María Ruiz Galindo es licenciada en Psicología, fundadora del Centro Educacional Tanesque A.C., consultora en diseño curricular para diversas instituciones educativas y especialista en diseño educativo participativo y procesos de aprendizaje autónomo e intercultural.

En la Universidad del Medio Ambiente (UMA) es docente a nivel preparatoria y posgrado en donde ha impartido materias como Ruptura Epistemológica y Mediación y educación, en las cuales ánima a los estudiantes a construir su propio conocimiento. Logrando así demostrar que ser Agente de Cambio es una convicción de vida y que al vivir de esta manera es posible contagiar este espíritu a las personas que están a su alrededor.

Para ella, trabajar desde hace más de 50 años con comunidades indígenas en diferentes estados de México y países de América del Sur, le ha permitido aproximarse de una manera  distinta al proceso de enseñanza y aprendizaje tradicional, pues el contexto, las problemáticas y necesidades de la comunidad juegan un rol fundamental para desarrollar procesos de aprendizaje transformadores.

En su camino como profesora ha podido observar que los pueblos indígenas en México tienen una enorme capacidad para adquirir nuevos conocimientos y habilidades, pero desafortunadamente rara vez tienen la oportunidad de tener experiencias de formación, de trabajo, intercambio y crecimiento, y hay mucho que aprender de ellos. 

Dora ha impulsado una mirada educativa integral e intercultural con niños, niñas, adolescentes y docentes mediante acciones que les permiten abrirse camino en el ámbito personal y profesional. 

A través del Centro Educacional Tanesque (Tanesque significa cuando sale la luz en náhuatl, y para Dora no solo es una palabra sino que es un proyecto de vida) ha logrado canalizar su espíritu de agente de cambio a favor de una educación que le apuesta a brindar capacitaciones, asesorías y talleres a la comunidad. 

Para ella, trabajar con las comunidades es un acto de cocreación en donde lo que busca es practicar una escucha activa, observar y conversar recordando que una persona no lo sabe todo y que si se quiere lograr un impacto positivo es necesario trabajar en red. 

Ante los retos y desafíos en educación, Dora considera que es necesario crear espacios y comunidades de aprendizaje diferentes a las que ya conocemos. Aprender es un proceso activo que involucra el juego, la participación, el desarrollo de pensamiento crítico y el intercambio de ideas. No se puede pensar en una educación que no sea intercultural ya que es una responsabilidad compartida pensar desde una mentalidad global y actuar de manera local. 

Hace falta confrontar el proceso de aprendizaje tradicional que ha privilegiado la repetición y memorización. Pues es necesario que los alumnos reconozcan que ellos son los protagonistas de su propia educación ya que el verdadero aprendizaje llega cuando se construye conocimiento a partir de un proceso autodirigido.

Todas las personas que pertenecen a comunidades educativas deberían ser quienes más promuevan y actúen como agentes de cambio pues en el ejemplo está el cambio y  vale la pena sembrar la  semilla del cambio en más personas.

Ashoka celebra la labor de Agente de cambio de Dora, agradecemos la visión que ha construido con las comunidades de México y la labor que promueve inspirando a más personas para que encuentren una vía para construir su propio proyecto de vida.

No se puede pensar en una educación que no sea intercultural.

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