“El CRA Valle del Riaza busca que sus alumnos comprendan la importancia de estar ubicados en el medio rural y como pueden a través del trabajo en equipo y el liderazgo generar cambios en su comunidad. Todo ello mediante proyectos como el desarrollo de un huerto, proyectos de aprendizaje servicio o el uso de la naturaleza como espacio de aprendizaje.”
¿Por qué es una escuela Changemaker?
En el CRA Valle del Riaza tienen como objetivo lograr la realización personal del estudiante, que ejerza la ciudadanía activa, se incorpore a la vida adulta de manera satisfactoria y sea capaz de desarrollar un aprendizaje permanente a lo largo de la vida. Buscan desarrollar en sus alumnos desde el primer momento interés, participación y pasión por ser agentes de cambio.
Su forma de hacerlo es a través de planes, metodologías y proyectos que buscan que la participación del alumnado en el aprendizaje este articulada mediante un currículo compartido, integrador de la riqueza y la diversidad de la cultura de la comunidad educativa, abierto y flexible para poderse adecuar a las necesidades y los rasgos diferenciadores individuales.
Las estrategias metodológicas se fundamentan en la observación directa, la experimentación, el descubrimiento, la actividad del alumno en los procesos de enseñanza-aprendizaje, la indagación y el servicio a su comunidad. Además cuenta con distintas acreditaciones como la Certificaciòn CODICE TIC (Competencia digital del centro) y tener la calificación de centro de excelencia en la integración de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, específicamente en tener estructurados los procesos y documentación de forma planificada, sistematizada y coordinada, con actuaciones y estrategias de evaluación, innovación y mejora, en integración de las TIC.
¿Qué la hace diferente?
La metodología y la organización del centro es lo que lo hace diferente. Por un lado, encontramos una organización en la que los niveles de clase están mezclados. Así potencian las habilidades de los alumnos a través de la teoría de la zona de desarrollo próximo de Vygotski. No tienen libros de texto porque parten de los intereses de los niños y niñas, teniendo esto presente no pueden tener unidades preasignadas. Inician los proyectos partiendo de sus intereses, sobre eso programan y temporalizan, lo llaman “posgramar”. Cumplen con la secuencia y los aprendizajes para cada nivel, siempre con la guía de que “los niños necesitan un maestro, no un libro”, lo que les permite estar atentos al aprendizaje individual basado en inteligencias múltiples.
Por otra parte, la metodología del centro está basada en aprendizaje servicio y proyectos con fin social. Siempre alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y trabajando la competencia social ciudadana, se promueve que el alumnado identifique en su entorno próximo una situación con cuya mejora se compromete, desarrollando un proyecto solidario que pone en juego conocimientos,habilidades, actitudes y valores. Es una práctica educativa en la que alumnos y alumnas aprenden mientras actúan sobre necesidades reales de su comunidad y entorno con la finalidad de mejorarlo.
¿Qué aprendizajes promueve? Valores y actitudes prosociales: estimula el esfuerzo, la responsabilidad y el compromiso solidario. En definitiva, habilidades para la vida como son las destrezas psicosociales y la capacidad de participar en la vida social de manera positiva. Dos ejemplos muy llamativos son: el huerto ecológico en el que aprenden matemáticas, lengua o ciencias; y, Naturpueblo, un paseo por la naturaleza qe surge de la voluntad de los niños y niñas de dar a conocer el pueblo al mismo tiempo que se aprende de la flora y fauna del lugar.
El equipo.
Tiene un grupo de profesores que creen en su apuesta educativa, que creen en formar a las niñas y niños como agentes de cambio, que se sepan desenvolver en cada situación. Los docentes se sienten participes de un proyecto común. Sienten que son escuchados, tenidos en cuenta como parte imprescindible del Proyecto de Centro. Y saben que su trabajo es el más importante del mundo y como tal actúan ante las familias y la comunidad educativa. Tienen plena libertad para pensar, investigar, experimentar y actuar en base a los criterios y principios que todos hemos establecido. No son meros reproductores, ejecutores o aplicadores. Son verdaderos arquitectos de la enseñanza.